Cámaras de eco: qué son y por qué las redes sociales son su mejor entorno

Seguro que hace tiempo que llevas comprobando como cada vez más la gente está muy crispada y es más radical en redes, y cómo el contenido que se lanza de forma alarmante y las opiniones radicales son las que más se viralizan.

Esto tiene que ver con un par de conceptos casi iguales que se emplean para hablar de este tipo de comportamientos. Nos referimos a los filtros burbuja, de los que hablamos hace unas semanas, y a las cámara de eco, a las que dedicamos el post de hoy. Sigue leyendo que te cuento…

Las cámaras de eco fueron un poco el antecedente en los medios de comunicación, y los filtros burbuja son el desarrollo tecnológico de esta tendencia, porque ahora son el marketing y la IA, quienes están aprovechando todo su potencial para atrapar al usuario con contenidos que le gustan.

Las cámaras de eco ¿qué son y cómo actúan?

Son cámaras de eco aquellos entornos virtuales que activan los algoritmos con los que trabaja internet y especialmente las redes sociales.

Se trata de un tipo de contenido que se muestra y que termina cercando al usuario en un entorno cerrado y afín con sus ideas, gustos o intereses.

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Estas cámaras de eco trabajan de forma constante. Lanzan información repetitiva y sesgada dentro de un sistema hermético, para lograr un objetivo final: aumentar y reforzar aquellas ideas o creencias con contenido afín y apetecible para el usuario, y por el que se cree se siente totalmente identificado.

Saben perfectamente cuál es el nicho al que pertenecemos y por ello difunden continuamente la info que más nos va a gustar.

Se trata de una tendencia que empezó a actuar en los medios de comunicación, pero que ha crecido de forma espectacular en muy poco tiempo.

Es una reacción similar a cuando comprábamos el periódico de una ideología u otra, escuchamos la emisora de radio que más nos apetece, o elegimos el canal de tele que comparte nuestras ideas, porque al ser humano no le gusta que le lleven la contraria, y este fenómeno consigue situarnos en un estadio agradable.

Se supone que en el caso de internet y las redes sociales las cámaras de eco podrían evitarse un poco más, pero finalmente han logrado posicionarse, porque si bien los usuarios ya tenemos criterio y capacidad para elegir qué ver y lo que nos puede apetecer en internet (aun siendo contenido de ideologías o gustos opuestos), finalmente han logrado mostrar lo que se identifica más con nosotros.

Las redes sociales, el entorno perfecto para las cámaras de eco

Seguro que más de una o múltiples veces te has preguntado por qué echando un vistazo a tus perfiles siempre ves la misma gente, las mismas cosas que te gustan, la misma clase de contenido común con tus ideas o intereses, etc.

Básicamente por el algoritmo que muestra lo que te gusta y con lo que realmente te van a sentir cómodo.

Al fin y al cabo las redes sociales se supone deben ser un entretenimiento y un estímulo cuya finalidad es que cuanto más tiempo pasemos dentro, mejor.

Sin embargo, los algoritmos que son muy “listos” también saben que nuestro comportamiento no es el mismo y varía según la red social.

Especialmente tienen muy claro que el efecto de las cámaras de eco es mucho más efectivo en el caso de Facebook o Twitter, ya que incita más a consultar, compartir contenidos interesantes y difundir sucesos, política, o en última instancia algo de entretenimiento.

Y en todo caso, de estas plataformas, nos vamos a ir a los grupos de WhatsApp, porque ya somos muy conscientes que en esta red, al tener un vínculo más estrecho con nuestros contactos, solemos ser más cautos.

En cambio, en otras plataformas como Instagram o Tik Tok, los contenidos son más superficiales.

Algo que en cambio tienen muy en cuenta los filtros burbuja, porque estas son redes donde el contenido personalizado se dispara sobre manera.

Estas cámaras de eco trabajan de forma constante. Lanzan información repetitiva y sesgada dentro de un sistema hermético, para lograr un objetivo final: aumentar y reforzar aquellas ideas o creencias con contenido afín y apetecible para el usuario, y por el que se cree se siente totalmente identificado.

Las consecuencias y el posible riesgo de la información sesgada

Las consecuencias de toda esta información “a la carta” que nos brindan las redes puede hacernos perder la perspectiva. Las más graves tienen que ver con la velocidad a la que se propaga la información y cómo corren por ejemplo las “fake news”.

A veces se duda lo que es información veraz y falsa. Y ante este hecho, el usuario debe mantenerse muy despierto.

Por ello debemos, debemos permanecer alerta y no caer en la comodidad, analizando y contrastando la información, poniendo en duda algunas declaraciones, y aumentando tanto nuestro sentido crítico como nuestra capacidad de desarrollar la competencia digital.

No solo los receptores, sino también quienes nos dedicamos y somos responsables de difundir esa info como profesionales de la comunicación y el marketing, para que sea lo más veraz posible en un entorno mediático donde prima la sobrecarga informativa.