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Cada vez ocurre con más frecuencia. Buscas algún viaje por internet o hablas con tus compañeros de esas zapatillas que tanto te gustan, y a partir de este momento la mayor parte de las páginas que visitas o la publicidad que vas a visualizar solo te va a mostrar viajes, y ¡cómo no!, esas sneakers que tanto deseas y que aún no has adquirido.
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La verdad es que todo esto no es ni casualidad ni una fantasía, sino que tiene una explicación más racional de lo que imaginas. Se refiere exactamente a los filtros burbuja, también llamados burbuja de filtros. Sigue leyendo porque te vamos a explicar en qué consisten y por qué son tan importantes ahora.
Los filtros burbuja ¿Qué son y desde cuándo existen?
Los filtros burbuja, “The Filter Bubble”, son la mínima parte de lo que se conoce acerca del big data o de la Inteligencia Artificial. Son esos algoritmos que rastrean donde vas a hacer clic cada vez que navegas por internet.
Una vez has caído en esa información, estos van a rastrear lo que te gusta o contenido similar con lo que se piensa que está relacionado con tus búsquedas, que te va a gustar o que posiblemente vas a consumir.
Hasta aquí parece una razón bastante factible y práctica, porque en realidad ¿por qué no centrarse en lo que verdaderamente gusta? o ¿por qué no mostrar lo que solo resulta interesante a una persona? En todo caso no tenemos todo el tiempo del mundo para ver todo lo que se publica en internet.
El dilema puede surgir cuando estos algoritmos ponen un filtro burbuja al usuario que le hace perder la perspectiva de la información objetiva, veraz y potencialmente interesante.
Filtro burbuja, un término de Eli Pariser
El término filtro burbuja y sus posibles inconvenientes se concibió en la obra del activista Eli Pariser, que analiza los cambios que se han producido en Google para que nuestras búsquedas sean personalizadas. Pero en la práctica son tan personalizadas, que caen en el riesgo de que tengamos una visión menos objetiva de la realidad ya que se pierde mucha cantidad de información.
Estar dentro de una burbuja de filtro implica que los algoritmos te aíslan de determinada información, o de la que al menos no han rastreado los algoritmos para ti, porque en un momento dado no has mostrado interés.
Ello significa que puedes perder información al final objetiva o potencialmente interesante también para ti. Hasta tal punto, de que todo lo que se muestre, aún más en redes sociales, solo sean las ideas o el contenido compatible con los gustos y preferencias del usuario en cuestión, perdiendo así la oportunidad de debate con ideas contrarias o diferentes a las tuyas. No seremos conscientes de que estamos inmersos en los filtros burbuja.
Ello conlleva a que estos filtros burbuja corren el riesgo de que se estén generando grupos cerrados y se esté perdiendo al mismo tiempo la visión más realista o discusión de un hecho; y cada vez es más complicado salir de ellos, porque ahora todo se busca y se visualiza por la red de internet.
Los filtros burbuja, “The Filter Bubble”, son la mínima parte de lo que se conoce acerca del big data o de la Inteligencia Artificial. Son esos algoritmos que rastrean donde vas a hacer clic cada vez que navegas por internet.
Google y su anuncio de personalización de los resultados de búsqueda
A finales de 2009 Google aplicó a todos los usuarios la personalización de resultados de búsqueda, algo que hasta entonces se aplicaba a las consultas realizadas sólo a perfiles vinculados a Gmail.
Para ello llevó a cabo un cambio de algoritmo que implicaba posibles riesgos como que la IA lanzara recomendaciones personalizadas.
Ello suponía generar una Inteligencia Artificial más ética y transparente, pero la verdad es que tras más de una década de filtros burbuja que generan contenido a la carta e información sesgada sin ser los usuarios conscientes de ello, se corre el riesgo de llegar a una especie de contenido personalizado al límite por algoritmos donde las opiniones o gustos que nos arrojen sean solo las de perfiles o usuarios similares o compatibles con las nuestras. De hecho esto ya es algo muy habitual en Facebook, Instagram, o hasta en Spotify.
