El cognitive marketing es un concepto bastante amplio y que está dentro del conocido neuromarketing, que utiliza técnicas de medición del cerebro aplicadas a la investigación de marketing para obtener distintos estímulos del consumidor.
Podemos definir el marketing cognitivo como todo un conjunto de acciones destinadas a analizar la psicología y respuesta del consumidor ante ciertos comportamientos, como por ejemplo el olor de determinados productos, o gestos faciales como respuesta a una determinada marca. Todo con la finalidad de generar más engagement y mejorar la conexión con ellos.
Si este fenómeno lo adaptamos a las nuevas tecnologías supone una gran futuro de cara a generar muchas más ventas y conversiones. La posibilidad de realizar un seguimiento de cada uno de los pasos online de un usuario o posible cliente, ha despertado la curiosidad de las empresas de comercio electrónico. Miles de millones de datos están generándose y variando minuto a minuto, y es en este contexto donde el subconsciente y el comportamiento humano está tomando protagonismo.
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Como se relaciona la ciencia cognitiva con el marketing
Está claro. Pongamos el ejemplo de Folgers, una conocida marca de café que cuenta con el cognitive marketing desde el minuto cero. Si estamos en la cama, el olor del café expreso penetrará en nuestra pituitaria desde que abrimos el ojo. ¿Por qué? Porque nuestro cerebro asocia el café de la mañana con el sentimiento de puesta en marcha, calidez y dosis para que nuestra máquina empiece a funcionar.
El marketing debe seducirnos y aproximar al consumidor, por lo que es necesario la incitación visual, y con carácter universal. Está claro que las exclusiones idiomáticas, o algunas imágenes siempre generarán cierto rechazo por aquellos usuarios que no estén directamente conectados o relacionados con lo que una marca o servicio transmite.
La cognición ¿Es la sustancia que nos falta?
El marketing debe atender las necesidades subjetivas de sus usuarios haciendo que se sientan queridos, conectados y socialmente reconocidos por nuestra marca. Sin embargo, hay numerosas campañas que aún desconocen este factor.
La metacognición es una técnica ingeniosa de marketing. También conocida como “Thinking about thinking” requiere de una planificación. Mediante una ejecución y un proceso de control desde el principio hasta el final, se puede garantizar una estrategia más exitosa.
Imaginemos que hemos llevado a cabo una acción que se compone de 20 estadios o pasos en el proceso. En cada avance habrá a su vez, 3 fases de la regulación del comportamiento:
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Fase de planificación: donde se pondrá en marcha el mensaje que queremos transmitir.
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Etapa de monitoreo o seguimiento: comprobando indicadores o el diagnóstico. Analytics a través de Google no es esencial. Hay más indicadores.
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Fase de evaluación: Cuales son los pasos o pautas para mejorar nuestras futuras campañas.
El marketing cognitivo, una necesidad
Nuestra sociedad actual, depende de la necesidad que genere el consumidor, y el marketing cognitivo es la oportunidad ideal y el cerebro que hay detrás de los mensajes que queremos transmitir. Cuanto más conozcamos las necesidades y sentimientos que pasan por la mente del consumidor, más visibles y mejores resultados obtendremos en nuestras campañas.